La fundadora de la agrupación de mujeres Pan y Rosas y dirigente nacional del PTS en el Frente de Izquierda fue una de las expositoras que esta mañana rechazaron la Ley Omnibus. Fue en el plenario de comisiones donde, por cuarta vez consecutiva, se ralizan reuniones informativas. Aquí su intervención completa.
Lunes 15 de enero de 2024 11:37
Cuando se cumplían tres años de la legalización del aborto, Milei enviaba la ley ómnibus al Congreso que, como señaló la diputada Myriam Bregman del Frente de Izquierda y diputadas y diputados de otros bloques, introduce definiciones en el Plan Mil Días y la ley Micaela, que pretenden negar la existencia de las personas trans; reducir a las mujeres a la función materna; rechazar la noción científica de "gestación" para volver al debate ya saldado sobre la concepción de la vida, y eliminar el concepto de "violencia de género", para reemplazarlo con el eufemismo de "violencia familiar".
El Secretario de Niñez, Adolescencia y Familia, Pablo de la Torre considera que estas cuestiones son ideológicas y, por lo tanto, irrelevantes; mientras trasvasa SU ideología que ya conocimos cuando expuso contra la legalización del aborto en este recinto en 2018.
Está claro contra quién piensan apuntar sus armas en esta batalla ideológica y cultural que acompaña el conjunto de contrarreformas contra la inmensa mayoría del pueblo trabajador.
No pasarán.
Pero quiero enfocarme en la violencia de género, que es un tema vilipendiado por La Libertad Avanza. El mismo de la Torre, en el plenario de la semana pasada dijo "la violencia no tiene género, no me preocupa." A nosotras sí nos preocupa.
Y antes que respondan que todas las víctimas de violencia les preocupan por igual, les informo que cuando hablamos de violencia de género nos referimos a un fenómeno específico relacionado con las normas sociales relativas a la masculinidad y que proponen imponer el control o el poder del varón, hacer cumplir los roles estereotipados de género.
El 80% de las víctimas de homicidios dolosos son varones. Y son también el 90% de los victimarios. Y cuando hablamos de ese fenómeno específico de violencia machista o de género, nos encontramos con que el 90% de las víctimas son mujeres y el 100% de los victimarios son varones.
Mientras el Secretario exponía aquí, la Defensoría del Pueblo de la Nación informaba que, en 2023, hubo 242 víctimas letales de violencia de género: 212 mujeres, 7 personas trans y 23 femicidios vinculados (de los cuales 7 eran mujeres, 15 varones y 1 persona trans).
Por eso decimos NiUnaMenos.
Pero esta desigualdad de género no se manifiesta únicamente en la violencia. Ya la situación de las familias trabajadoras es insoportable desde hace tiempo, con la pobreza en la que nos dejó el gobierno anterior, pero las que encabezan el trágico ránking son las niñas y las mujeres de entre 14 y 29 años. El 64% de quienes perciben los ingresos más bajos son mujeres. Y los hogares más pobres se encuentran en ese 12% que son monomarentales.
Cuando atacan al pueblo trabajador con ajustes, tarifazos, inflación, como lo hizo el gobierno anterior y redobla el actual, también atado al FMI y favoreciendo más abiertamente a lo más concentrado del poder económico, las más perjudicadas somos las mujeres.
Aún no plantean modificar el aborto legal. No porque no quieran, sino porque saben que no fue un gobierno, sino un movimiento masivo en las calles el que conquistó ese y cada uno de nuestros derechos y que hoy está vigilando atentamente qué harán las diputadas y diputados de la oposición.
Las mujeres ya volvimos a sacar las cacerolas de nuestros hogares a las calles, para recuperar los lazos sociales rotos por el "sálvese quien pueda" neoliberal y cocinar los sueños que alimentan nuestra común existencia. Nadie mejor que nosotras para imaginar y proponer nuevas formas de organización colectiva del cuidado mutuo.
Y nos preparamos para participar del próximo paro y movilización del 24 de enero, reclamando que sea el puntapié de un plan de lucha para derrotar el DNU y la ley ómnibus de Milei, el ajuste de Caputo y el protocolo represivo de Bullrich.
Sindicalizadas y precarias, trabajadoras informales y sin empleo, jóvenes estudiantes y activistas... Unidas, desde abajo, democráticamente y confiando en nuestras propias fuerzas sabemos que, como lo hemos hecho en otros momentos de la Historia, podemos convertirnos en la chispa que encienda la llama.