La compañera de Núñez, secuestrado y desaparecido por la Policía Bonaerense el 28 de septiembre de 1990, fue homenajeada en La Plata por su lucha incansable. Hay policías condenados, pero aún se espera un nuevo juicio contra otros. Y sigue prófugo desde 1993 Pablo Martín Gerez, sobrino de Eduardo Duhalde. Desde el Estado, siempre se apostó a la impunidad.
Daniel Satur @saturnetroc
Jueves 28 de septiembre de 2023 14:36
Foto Eva Cabrera | Archivo Télam
“Andrés trabajaba arreglando electrodomésticos. Le gustaba mucho jugar a la pelota. Al principio los medios no le daban mucha bolilla al caso, porque decían que él era un ladrón, lo que encima era mentira. Cuando empecé a decir que era jugador de fútbol me empezaron a escuchar más. Y después se hizo más conocido cuando Rosa Bru empezó a pedir por su hijo Miguel y sumó el caso de Andrés, ya que tenían cosas en común, como el mismo corrupto juez Amílcar Vara”. Con esas palabras Mirna Gómez recuerda ante La Izquierda Diario los primeros tiempos de búsqueda de su compañero Andrés Núñez.
El “Gallego” tenía 32 años cuando fue secuestrado en su casa del barrio platense de Villa Elvira la madrugada del jueves 28 de septiembre de 1990. Una patota de la Policía Bonaerense lo culpó falsamente de haber robado una bicicleta. Lo llevaron en un auto particular a la sede de la Brigada de Investigaciones de La Plata (hoy DDI, de calle 61 entre 12 y 13). Lo torturaron hasta matarlo. Aplicaron, entre otros métodos, el submarino seco. Luego, trasladaron su cuerpo a un campo ubicado en General Belgrano, a 115 kilómetros. Por la “confesión” de uno de los policías, el cuerpo se encontró cinco años después, descuartizado y carbonizado.
El juez Vara orquestó el encubrimiento junto a los policías y al comisario Mario “Chorizo” Rodríguez, uno de los emblemas de la posteriormente bautizada Maldita Policía que hizo estragos en la provincia durante los ocho años que gobernó Eduardo Duhalde (y luego también, claro).
En 1993, cuando el mismo juez se vio obligado a procesar y detener a un grupo de uniformados, varios se dieron a la fuga con su consentimiento. Algunos fueron encontrados años después. Pablo Martín Gerez Duhalde, uno de los cabecillas de la banda criminal, sigue prófugo hasta hoy. Es hijo de Nelly Duhalde de Gerez, prima hermana del exgobernador y presidente.
La noche del 27 de septiembre Mirna estuvo secuestrada en su casa, junto a su hija de un año y a Isabel Olguín, la madre de Andrés que murió meses después al no resistir la desaparición de su hijo. La patota policial se había “instalado” a la espera de que apareciera Núñez, que debía volver a su casa como todas las noches. No había orden de allanamiento. Fueron varias horas en las que los policías, que entre ellos se decían “Laucha”, “Rata” o “Ratón”; revisaron todo y hasta se comieron lo que encontraban mientras amenazaban a la mujer. No buscaban una bicicleta.
Mirna cuenta a este diario que “cuando llegó Andrés, ya en la madrugada del 28, se lo llevaron. Nos impidieron acompañarlo. No nos dijeron siquiera a donde lo llevaban. Fuimos muchos días a la Brigada de Investigaciones a preguntar por Andrés, sin respuestas. Ellos habían borrado su nombre del libro de entradas”.
Con los años, Gómez supo que “en el campo donde descuartizaron, quemaron y enterraron a Andrés se juntaban siempre los de la Brigada, a comer sus asados y tomar. Ese mismo día que hicieron eso con Andrés se juntaron a tomar vino”.
Los pormenores de la causa y sus derivaciones en tres décadas de lucha de Mirna (acompañada por organizaciones de derechos humanos, sociales, sindicales, estudiantiles y por la izquierda) pueden leerse en detalle en otros artículos de La Izquierda Diario (acá, acá y acá, por ejemplo). Este cronista, a su vez, participó este miércoles en un conversatorio sobre el caso en la sede de la Comisión Provincial por la Memoria. Allí intercambió opiniones con los colegas Adriana Meyer, Ximena Tordini y Pablo Morosi.
En el evento, además, Mirna fue reconocida por su lucha y recibió una placa de manos de Rosa Bru y Emiliano Hueravilo en la que se destaca su incansable búsqueda de verdad y justicia por su compañero. Acompañaban otros miembros de su familia y el grupo de compañeres que llevan años sosteniendo con ella todas las actividades de reclamo por justicia para Andrés. Como la que se realizará el domingo 8 de octubre en la Plaza San Martín de la capital bonaerense.
Cobertura audiovisual de Pulso Noticias
En el encuentro acompañaron a Mirna referentes de la CPM como Cipriano García, la referente de la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos María Laura Bretal, la médica y diputada del Frente de Izquierda Laura Cano, la trabajadora de IOMA y candidata a intendenta del mismo espacio Luana Simioni, entre otros.
“En 33 años tenemos una causa enorme, llena de pruebas, donde está todo dicho. Pero sigue habiendo un prófugo, Pablo Martín Gerez, familiar de Eduardo Duhalde y ahijado de Chorizo Rodríguez. Él tiene permanente comunicación con su abogada, Natalia Nosenzo”, recuerda Mirna con indignación. Nunca el Estado hizo nada para rastrear su paradero (apenas un inútil ofrecimiento de "recompensa" subido a la web del Ministerio de Seguridad)
Casualidades de la vida, Gerez Duhalde cumple años el 27 de septiembre. La noche en la que decidieron llevarse a Núñez cumplía 29. Ayer cumplió 62. No hay por qué suponer que no está vivo. Lleva 30 años viviendo en otro lugar, con otro nombre, quizás formó una familia, tenga hijos y hasta nietos. Seguro se comunica habitualmente con su familia. Quizás con el propio tío Eduardo. Una metáfora perfecta de la impunidad.
Lejos de tomar su caso como un hecho particular y aislado, Mirna tiene claro que la desaparición forzada, al igual que otros crímenes cometidos por la Policía y encubiertos por el Estado, son parte de un sistema. “En todos los gobiernos se tortura y se desaparece gente. Todo es plata y poder. Es algo que viene de las continuidades de las prácticas represivas de las épocas más oscuras de nuestro país. Y en los últimos años no cambió nada. ¿Cuándo vamos a sacarle a la palabra ‘justicia’ el prefijo ‘in’? En este país no hay justicia verdadera. Y tenemos nuevos casos como los de Facundo Astudillo Castro, Daiana Abregú y muchos más otros”.
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Consultada sobre la situación política actual, donde casi todos los candidatos presidenciales (por obvias razones se exceptúa a Myriam Bregman del Frente de Izquierda) son parte de ese Estado que encubre y da impunidad a la Policía en todo el país, Mirna afirma que “hablan sólo de lo que les interesa y conviene a ellos, no a nosotros. Nosotros luchamos para que se haga justicia por todos los casos. Yo desde el principio me junté con familiares de víctimas de esas injusticias. En estos 33 años aprendí a luchar en soledad, pero también entendí que la lucha es contra todo el Poder Judicial, contra todo el Estado, y esa lucha tiene que ser junto a mis compañeras y compañeros”.
En más de tres décadas, a Mirna nunca la llamó ni un presidente ni una presidenta, ni un gobernador o gobernadora, ni un ministro de Justicia y Derechos Humanos, ni un secretario o subsecretario. Ni siquiera para saber cómo está y si necesita algo. Eso incluye a los actuales presidente Alberto Fernández, su vice Cristina Kirchner, el gobernador Axel Kicillof, su ministro Julio Alak y su subsecretario de DDHH Matías Moreno. Los mismos funcionarios que bancan a la Bonaerense comandada por el derechista Sergio Berni.
Tampoco es que Mirna espere que la llamen. Sabe bien para qué lado patean. “Con 33 años de lucha encima, si hay algo que no tengo es miedo. Ellos prometen pero nunca te dan nada. Por eso nadie me pudo comprar. Yo no me vendo. Justicia para todos los pibes asesinados por el aparato represivo, el Estado es responsable”, sintetiza la mujer que a todos lados lleva orgullosa la remera con la imagen de su compañero y padre de su hija.
Daniel Satur
Nació en La Plata en 1975. Trabajó en diferentes oficios (tornero, librero, técnico de TV por cable, tapicero y vendedor de varias cosas, desde planes de salud a pastelitos calientes). Estudió periodismo en la UNLP. Ejerce el violento oficio como editor y cronista de La Izquierda Diario. Milita hace más de dos décadas en el Partido de Trabajadores Socialistas (PTS).