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Red Internacional
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Contaminación. El arroyo Sarandí se tiñó de rojo: una alerta sobre la crisis ambiental en Avellaneda

Los vecinos del lugar denunciaron que el canal cambió de color debido a la contaminación de las empresas que tiran sus desechos en el lugar. "No tenemos agua potable, en su momento nos daba agua envasada el ACUMAR y la Municipalidad de Avellaneda pero en febrero del año pasado nos la cortaron", contaron.

Viernes 7 de febrero 10:41

X @CtralDeNoticias captura de pantalla

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El arroyo Sarandí, ubicado en el partido de Avellaneda, sorprendió a los vecinos al teñirse de un rojo intenso a la altura de Villa Inflamable, y generó alarma y preocupación en la comunidad. Este fenómeno, que rápidamente se viralizó en redes sociales a través de imágenes y videos, pone en evidencia la grave situación de contaminación que afecta a esta región y a muchas otras del Área Metropolitana de Buenos Aires.

El arroyo Sarandí se encuentra en el límite de la cuenca Matanza-Riachuelo, lo que implica que su supervisión recae tanto en el municipio como en la provincia. Sin embargo, al igual que los cursos de agua que sí están bajo el alcance del plan de saneamiento ordenado por la Corte Suprema de Justicia de la Nación en el fallo Mendoza, este arroyo atraviesa una zona industrial, lo que resulta en que muchos de los desechos industriales sean vertidos en su cauce.

La fuerte denuncia por parte de los vecinos llevó al Ministerio de Ambiente provincial, junto con el Municipio de Avellaneda, la Autoridad del Agua, ACUMAR y la Policía Ecológica, a tomar muestras del agua para determinar las causas. Según se informó, se sospecha que la sustancia responsable podría ser un colorante orgánico, como anilina, ampliamente utilizado en la industria textil.

Según el desarrollo de las investigaciones, podría aplicarse la Ley 24.051 de Residuos Peligrosos, que estipula sanciones económicas para quienes dispongan desechos que puedan ocasionar daños, ya sea de manera directa o indirecta, a los seres vivos o que contaminen el suelo, el agua, el aire o el entorno en general.

Los vecinos, acostumbrados a episodios recurrentes de contaminación, relataron que esta no es la primera vez que el arroyo cambia de color. De hecho, mencionaron que en ocasiones anteriores presentaba tonalidades como rosa, verde y violeta, además de reportar grasa y aceite en la superficie del agua.

“Cuando miramos por la ventana nos encontramos con el arroyo rojo, otras veces estuvo rosa, verde, violeta, con grasa o aceite arriba. No tenemos agua potable, en su momento nos daba agua envasada el ACUMAR y la Municipalidad de Avellaneda pero en febrero del año pasado nos la cortaron. Ahora compramos el agua envasada o la traigo desde lo de mi hermana agua en bidones”, señaló María, una vecina de Villa Inflamable, en una entrevista en LN+.

"Hoy en día es muy fácil identificar un componente en cualquier lugar, la tecnología permite hacerlo rápido. Hay que ver si realmente tienen al voluntad de ubicar a los responsables", dijo a La Izquierda Diario Fernando Luna, trabajador despedido de Shell y Licenciado en Seguridad e Higiene. "Que hay contaminación en el canal y en el río lo sabemos todos, lo saben los inspectores de ACUMAR, que ya han sacado muestras antes pero no hay sanciones nunca, como denunciaron los vecinos. Parece que se olvidaron que hay leyes que justamente pueden abrir una causa penal contra los que emiten contaminación en todos sus formatos. Hay que ver si tienen voluntad de hacer eso. Agarrás el mapa de industrias y enseguida encontrás quiénes son. Por otro lado, las industrias no tienen los controles que deberían tener, más allá de que hacen inspecciones después arriba todo se arregla y nunca pasa nada. No hay ninguna empresa sancionada severamente por un problema de contaminación", denunció Luna.

El impacto de esta situación en la comunidad es profundo. Vecinos destacaron a diferentes medios que, además de la contaminación visible, enfrentan problemas constantes de olores nauseabundos y la falta de agua potable, una condición crítica desde que se suspendió el suministro de agua envasada en febrero del año pasado. Este contexto agrava las ya precarias condiciones de vida de los habitantes.

Además, la contaminación química representa un riesgo significativo para la salud. Substancias como las que podrían estar involucradas en este caso son peligrosas y pueden causar graves daños al medio ambiente y a las personas expuestas a ellas. Estas amenazas son especialmente críticas en zonas como Villa Inflamable, donde predominan asentamientos precarios y la exposición constante a contaminantes.

Las industrias en los alrededores del arroyo, incluyendo destilerías, textiles y curtiembres, son señaladas por los vecinos como posibles responsables de los vertidos ilegales que han afectado el ecosistema del lugar. A esto se suman los pasivos ambientales, antiguos sitios industriales abandonados que siguen liberando sustancias tóxicas al medio ambiente.

Los vecinos exigen acciones concretas por parte del gobierno y las autoridades ambientales. Denuncian la falta de control sobre las industrias y la ineficacia de los programas de remediación ambiental. María Ducomls, residente de la zona, expresó su frustración ante la aparente indiferencia de las autoridades y destacó la necesidad de implementar soluciones efectivas para proteger la salud de los habitantes y el medio ambiente.

La lucha por un ambiente sano

La situación del arroyo Sarandí y de Villa Inflamable es un reflejo de la crisis ambiental que atraviesa el Conurbano bonaerense. La falta de infraestructura básica, la exposición constante a la contaminación y la desidia gubernamental agravan la vulnerabilidad de las comunidades trabajadoras que habitan estas zonas.

Villa Inflamable es un barrio ubicado en Avellaneda, junto al Polo Petroquímico de Dock Sud, lugar donde se encuentra por ejemplo, la refinería Shell-Raizen. Este barrio es tristemente conocido por ser uno de los lugares más contaminados del mundo, formando parte de la Cuenca Matanza-Riachuelo, que afecta a más de 8 millones de personas.

La situación en Villa Inflamable es crítica debido a la contaminación ambiental y las condiciones de vida precarias. Los estudios demostraron que en todos los niños estudiados hay niveles cuantificables de plomo en sangre, con un 50% de los casos excediendo los niveles aceptables. Además, se han encontrado otros contaminantes como el ácido trans-mucónico y el cromo en la orina.

El barrio presenta una alta proporción de hogares con necesidades básicas insatisfechas, como hacinamiento crítico, viviendas inadecuadas, falta de acceso a servicios de agua potable y desagüe cloacal, y ausencia de baños en muchos hogares. Los problemas de salud son frecuentes, con un alto porcentaje de enfermedades respiratorias, dermatológicas y neurológicas.

Villa Inflamable también enfrenta un riesgo hídrico significativo, ya que se encuentra a menos de 30 metros de un curso de agua y por debajo del nivel del mar, lo que lo hace propenso a inundaciones. Además, la zona está rodeada de industrias que han sido catalogadas como agentes contaminantes críticos, lo que agrava la situación ambiental.

La historia del barrio está marcada por eventos como la explosión del buque tanque Perito Moreno en 1984, que contribuyó a su nombre y notoriedad. A pesar de los intentos de saneamiento y las promesas de urbanización, los residentes de Villa Inflamable continúan viviendo en condiciones de abandono y luchando por mejoras en su calidad de vida

Ante esto, es imprescindible exigir el cumplimiento de las normativas ambientales, la implementación de planes de saneamiento efectivos y la relocalización de las familias afectadas en condiciones dignas, además de garantizar recursos básicos como el agua potable. Solo mediante una acción decidida, que priorice la vida y la salud de las personas por sobre los intereses económicos, será posible revertir esta situación crítica.