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Red Internacional
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Odisea docente en Berisso: 12 horas de espera para poder dar clases

Los docentes hicieron fila durante más de 12 horas, de madruga y a la intemperie, para inscribirse a los listados complementarios y poder trabajar. Una postal más de la precarización.

Jueves 23 de febrero de 2017 16:21

Nuevamente se abrió la inscripción a los listados complementarios, a los listados in-fine y de emergencia para cargos docentes en la ciudad de Berisso. Esta vez tuvo lugar el 20 de febrero.

Los que somos docentes -y aquellos que quieren serlo- fuimos convocados el 20 de febrero a las 8 de la mañana en la puerta de la Secretaría de Asuntos Docentes (SAD), donde se entregarían los números para la inscripción. Nuestro distrito es el único lugar donde esta inscripción se hace bajo esta modalidad. Cada turno implica un día y un horario donde presentar los papeles de inscripción. A mayor número, más lejana es la fecha para anotarse.

A las ocho de la mañana se dan los números. Ni un minuto más ni un minuto menos. Por eso, como todos los años, más de 300 docentes hicimos fila desde el día anterior, algunos de las 9 de la noche del domingo, para obtener un número y poder participar de los actos públicos de este año.

En la calle, a la intemperie, sin baños ni lugares de reparo, los docentes esperamos para poder presentar nuestros papeles, y así buscar trabajo. No importa si llueve, si hace calor, frío, si tenés hijos, el sistema es precariamente claro: si te queres anotar, tenes que pasar por esa penosa situación.

Nos maltratan hasta en la inscripción

Desde el primer día que ingresamos a la docencia quieren que naturalicemos que nuestros cuerpos, vida y trabajo poco valen. Nos llevan a competir entre nosotros para ver quién llega antes y quién puede tolerar más horas bajo el esquema del mercado.

Es una situación tan penosa que pasadas las horas y sumada la bronca, genera que haya quienes se enojen con el personal administrativo del SAD. Un enojo con quienes no son responsables de esta situación y también sufren salarios y condiciones de miseria.

Como hemos denunciado desde este diario, desde la agrupación La Marrón, los distintos gobiernos, han atacado a la educación pública, han precarizados nuestros salarios, nuestras condiciones de trabajo.

Nos han bastardeado, tratado de vagos, de que “tenemos tres meses de vacaciones y solo trabajamos cuatro horas”. Han querido ocultar que corremos de una escuela a otra intentado llegar a un salario que nos alcance para vivir, que debemos tener doble cargo, que trabajamos gratis en nuestras casas, y que muchas veces garantizamos de nuestros propios bolsillos la comida de los alumnos y les brindamos las herramientas de trabajo. Quieren ocultar que somos nosotros los que sostenemos y realmente defendemos la educación pública y gratuita.

Este mes como cada febrero, se pone en discusión nuestro salario y nuestras condiciones de trabajo. Por eso debemos exigirle a Cetera, Suteba y el conjunto del Frente Gremial, que pelee por un salario básico único nacional de $15.000. No al techo del 18%. Para que ningún docente quede debajo de la línea de pobreza, para que podamos vivir con un solo cargo y no ser más “docentes taxi”. En defensa de la educación pública, y contra los ajustadores que quieren una vez más bastardear nuestras vidas y nuestro trabajo. Y también para de una vez por todas, se dejen de naturalizar prácticas como estas, que exponen a los docentes a estar más de 12 horas esperando para inscribirse y poder trabajar.