La subida del dólar, la inflación que no para y el gobierno beneficiando a los de arriba. Reproducimos las voces de algunos de los millones de jóvenes que sienten en carne propia las consecuencias de la crisis. Estudiantes de la UNLP y trabajadores precarizados dicen que la salida es en las calles. Preparemos una gran movilización este jueves 28 de julio junto al Frente de Izquierda y organizaciones sociales independientes.
Miércoles 27 de julio de 2022 18:38
Ante la abrupta subida del dólar que comenzó días atrás, viene quedando claro que su valor no es lo único que aumenta. A la par suben también los precios y una inflación que en lo que va de julio ya es récord. Lo vemos todos los días en los supermercados, en todo tipo de comercio y hasta en los servicios de transporte, luz y gas. Festejan patronales y los grandes dueños del agronegocio que el gobierno no para de beneficiar.
Lo único que no aumenta es nuestro sueldo. Así lo contaba Jazmin, estudiante de Psicología y trabajadora de un supermercado: “Yo lo veo todos los días donde laburo, todos los días la gente puede llevar menos mercadería, los precios suben cada 10 minutos, pero nuestros sueldos no”.
El dólar en las nubes, el gobierno del Frente de Todos también
“Las únicas medidas concretas que se han tomado son la de pagarle al FMI y otras medidas parche que representan una burla para el pueblo trabajador” decía Claudia, estudiante de Periodismo. Lo vimos claro esta semana, Alberto Fernández se paseó por actos y conferencias de prensa criticando a los especuladores de precios sin que se traduzca en ninguna medida que pueda afectar el poder de quienes hoy están especulando con el dólar, sino todo lo contrario, mientras hablaba de “no dar el brazo a torcer” y que “primero los últimos”. A las pocas horas, el gobierno anunció beneficios a los empresarios del agronegocio para que puedan acceder a un “dólar vip”, libremente y sin cepo. Ante esto, Mariela, estudiante y desocupada contaba que le parecía “terrible la claudicación del gobierno con el campo, además de la inflación y la devaluación”.
Seguimos viendo como la lapicera del gobierno siempre termina escribiendo para los de arriba. Nunca para los últimos, para las millones de mujeres, jefas de hogar, que tienen que hacer malabares para llevarle un plato de comida a sus hijos y perciben la suba del dólar cuando tienen que pagar un kilo de pan a 400 pesos; ni para la juventud que en caso de conseguir trabajo, es en condiciones de extrema precariedad. Como cuenta Milagros, estudiante de Psicología y trabajadora gastronómica: “por hora me pagan menos que un dólar”.
Dale, sigan pidiendo que use la lapicera 🤦♀️ pic.twitter.com/v4jT20ZxYj
— Luana Simioni (@LuanaSimioni) July 22, 2022
Los secundarios, que vienen dando una pelea para que se destine presupuesto para educación pública de calidad y en condiciones, ven como golpea las crisis adentro y afuera de las aulas. Vienen denunciando que los intereses del gobierno que venía a recuperar lo perdido durante el macrismo nada tiene que ver con nuestras condiciones de vida, como expresaba Jeremías, estudiante secundario de La Legión, colegio de La Plata: “El gobierno supuestamente venía a calmar la inflación y el dólar". En los grupos de WhatsApp el intercambio expresa la realidad: “Yo hoy fui al quiosco y ví que están subiendo los precios cada 10 minutos”, “Si, mí mamá trabaja en un buffet y dice que todo el tiempo suben las cosas”. Ezequiel, estudiante de Geografía lo sintetizaba así: “Se está yendo todo de las manos y al final quienes más sufrimos somos el pueblo”.
"Yo tengo que tomarme dos bondis para ir a estudiar, ¿qué voy a hacer?", se pregunta Alejo, estudiante en la facultad de Humanidades, como tantos otros pibes que con el tarifazo al boleto del bondi ven con más dificultades el acceso a la educación pública. Pibes que tenemos que elegir entre comprar un almuerzo o pagar unas fotocopias, entre seguir con los estudios o laburar todavía más y de forma precarizada para intentar llegar a fin de mes.
"¿Qué va a comer la gente? Si ya no nos alcanza ahora, ¿qué va a pasar con todo esto? Va a haber que hacer una movilización", concluía Elías, joven que se viene organizando en la Asamblea Permanente por Vivienda y Trabajo y en las Escuelas de Oficios. La juventud ve como es necesario pelear de forma urgente el aumento de salarios, jubilaciones y la ayuda social, para que nadie cobre por debajo de la canasta básica familiar y que se actualicen de forma automática con la inflación. Así como la reducción de la jornada laboral a 6 horas, 5 días y el reparto de las horas de trabajo, con un salario que alcance y con derechos, para poder trabajar todos y que la crisis la paguen los grandes empresarios, como venimos planteando desde el PTS en el Frente de Izquierda.
Plantarse por otra salida a esta crisis, una tarea urgente
A todo esto, en charlas en nuestros lugares de laburo y estudio, en el colectivo y hasta en los comercios, se colaba la misma pregunta ¿dónde están nuestros sindicatos y centros de estudiantes? Mientras, la CGT confirmaba una medida irrisoria: una movilización sin paro, recién dentro de un mes y que no será “ni a favor ni en contra del Gobierno”. La misma complicidad que expresaron todas las direcciones de sindicatos y centros de estudiantes conducidos por distintas variantes del peronismo. En esa sintonía, Alejo expresaba, "¿cómo puede ser que ir a estudiar utilizando algo tan básico como el medio de transporte suba y los dirigentes sindicales no hagan ni un paro?".
Es por esto que Ariadna, trabajadora en una cadena de comida rápida y estudiante, planteaba que “la crisis se sigue profundizando, tenemos que hacer algo porque esto no puede seguir así”. Necesitamos un paro y plan de lucha para enfrentar esta situación, poniendo en agenda medidas a favor de lxs de abajo. Por ejemplo, nacionalizar el comercio exterior, para que los trabajadores controlen lo que se exporta e importa, los dólares que entran y salen del país, y a qué destinarlos en función de las necesidades sociales. Así como la nacionalización de todos los bancos que se llenan los bolsillos organizando la fuga de dólares de los empresarios a paraísos fiscales.
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Diego, estudiante de Historia, planteó la importancia de otra medida fundamental: “¿Qué hay que hacer? Y, en principio, desconocer la deuda”. Romper el acuerdo con el FMI también es clave para que el destino de todos los laburantes no se decida en las oficinas de Washington.
Los y las trabajadoras, las mujeres y la juventud no podemos quedarnos de brazos cruzados, mirándola por la tele. Estamos hartos de que decidan por nosotros. Nuestros reclamos tienen que expresarse en las calles, uniendo nuestra fuerza, la de trabajadores ocupados, desocupados, informales y estudiantes, para imponer una salida de fondo a esta crisis.
Es por eso que este jueves 28 de julio tenemos que ser miles, junto al Frente de Izquierda y distintas organizaciones sociales. Tenemos que construir una fuerza social para imponer, en las calles, un programa alternativo a la crisis, con un conjunto de medidas para que de una buena vez se de vuelta la tortilla y la crisis la paguen ellos.
Como dijo Abril, estudiante de Psicología, “lo que está pasando en el país amerita salir a las calles, hay que seguir movilizados”.