La peña de Boca de Baradero tiene vigencia desde hace 26 años y es la peña más antigua de la provincia de Buenos Aires. Allí funciona un espacio cultural autogestionado por los jóvenes que asisten
Miércoles 7 de septiembre de 2016 17:28
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La peña de Boca de la ciudad de Baradero que lleva el nombre de Paulo Valentín tiene vigencia desde hace 26 años y es la peña más antigua de la provincia de Buenos Aires.
Como toda peña perteneciente a un Club de Fútbol, la peña cuenta con actividades recreativas, culturales y sociales; muchas de ellas para poder financiar a la peña y otras para contribuir a sectores carenciados, como son las actividades solidarias donde realizan donaciones y jornadas a beneficio a distintos hogares y comedores de la ciudad.
Otro rol que cumple la peña es la de generar un espacio físico de recreación para aquellos adolescentes y niños que están dispersos en la calle y no tienen recursos para poder ir a los clubes sociales y reunirse con sus pares llevando adelante actividades deportivas, sociales y culturales
Además de realizarse los viajes a la bombonera se hacen comidas para poder
mantener los gastos del local. Los días de partido se proyecta con pantalla gigante y se pone servicio de cantina para que los hinchas y socios puedan disfrutar de ver a Boca en la peña.
La juventud y el espacio cultural en la peña
Otras de las actividades que se llevan adelante en la peña son las jornadas culturales los fines de semanas, donde muchos jóvenes pueden ir a divertirse con amigos y disfrutar de los recitales de rock que son autogestionados por las mismas bandas con ayuda de la peña para solventar gastos de sonido y luz.
Actualmente en la ciudad el rock no tiene mucho lugar en la agenda nocturna y son los bares quienes monopolizan la movida nocturna y en muchos de los casos los jóvenes de barrios humildes y trabajadores no son bien recibidos por los mismos, y son rechazados en la puerta de varios bares por su vestimenta o color de piel.
Frente a ello, la peña supo hacerse amiga de la juventud construyéndose como un espacio propio para la juventud donde no solo no existen diferencias por el color de la camiseta, sino que además no se discrimina a nadie y les abre sus puertas a los pibes y pibas que viven en los barrios a que vengan compartir una noche de rock, una cerveza o un asado con amigos.
El fenómeno de la peña de Boca pone de relieve que más allá de los colores de las camisetas, hay una realidad que nos une a todos por igual, y es la de ser parte de una clase social que trabaja y que lucha por tener su espacio de recreación, diversión y de cultura. Donde tanto con amigos, como en familia se pueden disfrutar de un viaje a la cancha, de un picado de futbol o de un recital en vivo organizado y gestionado por nosotros mismos.