La situación laboral que transitan los adultos del hogar, la inflación y el recorte a programas sociales impacta de lleno en sus vidas. ¿Los pibes de los barrios también eran la casta?. Un sector de la población donde más cayó la imagen del presidente.
Sábado 24 de febrero 08:10
Fotos: Carlitos Arroyo y los reciclantes de Daniel Corvino
La supuesta atracción por el “outsider”, porque era una propuesta “distinta”,“anticasta” y por representar el descontento a la “clase política tradicional”. Todo esto se está esfumando en el aire y es que, ese río cristalino que traían las fuerzas del cielo en realidad estaba lleno de cianuro.
Porque Milei vino al poder para seguir beneficiando a los mismos empresarios de siempre. Es que el proyecto libertario lejos de fidelizar los votos que tuvo en los sectores más jóvenes, los está perdiendo, y no hay campaña por redes que los ayude. Los pibes en los barrios se empiezan a dar cuenta, porque lo viven todos los días, por eso las encuestas arrojan que es en este sector de la población donde más cayó la imagen positiva del presidente.
Esta semana nos enteramos que en General Pico, una niña fue detenida luego de intentar llevarse un paquete de fibras y lápices para el inicio de clases. Por esta situación se desplegó un operativo policial repudiable.
En Rosario, Ezequiel Francisco Curaba acababa de cumplir 21 años y estaba en situación de calle, murió electrocutado después de haber intentado robar cables. El hashtag “Uno menos” se volvió rápidamente en tendencia en X (Twitter) , una vez confirmado su fallecimiento. Por eso no es casual que las empresas de medios de comunicación expongan a los adolescentes y jóvenes a situaciones de humillación o sobreexposición, en ocasiones incluso violando la intimidad e integridad de los pibes para someterlos a un show donde solo se busca incrementar el impacto de ciertas noticias y seguir criminalizando a los pibes pobres.
Una niña de 12 años en La Pampa fue detenida por querer robarse marcadores y lápices de una librería. Es la mayor de 6 hermanos. Quería un paquete de 12 fibras y algunos lápices. Quería ir a la escuela con útiles. El gobierno en vez de darle útiles montó un operativo policial.
— Federico Puy (@fedepuy) February 21, 2024
“Los pibes eran la casta”
El último mes, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) indicó que el valor de la canasta básica es de $495.798,32. Esa es la cantidad de dinero que necesitó una familia de cuatro personas para no ser pobre. En nuestro país viven 12 millones de infancias y adolescencias según el último Censo, de ellos 6 de cada 10 vive bajo la línea de la pobreza.
No contento con estos datos, el gobierno ha optado por suprimir la entrega de alimentos a los miles de comedores y merenderos que en todo el país atienden a millones de estos niños, niñas y adolescentes.
Rodrigo vive junto con sus 5 hermanos en Villa Hidalgo, un asentamiento ubicado en la localidad de José León Suarez, partido de San Martín. Tiene 12 años y cursa primer año de la escuela secundaria. Durante febrero va a la escuela porque “se llevó materias” y aún no sabe si va a pasar de grado. Me cuenta que desde el año pasado su papá una noche llegó y le dijo a él y sus hermanos: “Ya no nos alcanza la plata, ahora está todo muy caro y no van a ser las cosas como antes”. A partir de ese momento Rodrigo empezó a realizar dos actividades, junta cobre y hierro por los barrios aledaños y además corta el pelo en su casa con una maquinita.
“ Mi papá trabaja transportando artículos de limpieza desde las 7 de la mañana hasta las 6 de la tarde, después va a trabajar a un club a limpiar las canchas de fútbol. Hace todo eso y sin embargo no alcanza. Hace poco se me rompió el celular, y no me pueden comprar otro, yo a la noche pienso ¿Por qué si hacemos tantas cosas yo no puedo tener un celular?”.
Maia tiene 13 años y es la mayor de 3 hermanos, vive en villa Ruedita, atrás del barrio Obrero en Boulogne, Partido de San Isidro. En su casa se nota la crisis, con la calidad y variedad de la comida, ya no comen las mismas cosas que antes y su heladera está vacía. Cuando le pregunto ¿qué cosas le preocupan?, baja la mirada y contesta:
“Me preocupa mi hermano más chiquito, porque ya no puede comer las cosas que comía yo. Ahora en mi casa hay polenta, fideos con aceite capaz, porqué queso rallado hace mucho que no tenemos. Mi papá ahora no puede comprarnos ropa ni zapatillas, y antes siempre que estábamos por empezar la escuela íbamos a Munro y nos compraba.
Otra cosa que me preocupa, son mis amigas y amigos, en mi casa no pasa, pero los grandes se están poniendo muy nerviosos con todo lo que pasa y se la agarran con los más chicos” .
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A Pablo se le llenan los ojos de lágrimas mientras relata que su mamá se quedó sin trabajo en la rotisería del barrio donde trabajó hasta diciembre pasado. Él tiene 13 años y vive en José León Suarez, tiene un hermano con autismo y no cuentan con obra social.
“Antes en mi casa había hasta gaseosa, ahora muchas veces no comemos al mediodía. Mi mamá no sabe, pero yo con unos amigos de mi barrio voy a buscar cobre. Vamos por San Isidro o lugares donde tiran cosas que nos pueden servir y directamente ahí lo desarmamos y nos llevamos el cobre, después nos repartimos la plata. Ojalá pueda terminar el secundario, quería ser periodista deportivo pero no sé qué va a pasar, mi mamá ahora limpia casas pero no alcanza, por eso yo sé que tengo que hacer algo para ayudar en mi casa".
Carmela tiene 16 años, vive en Boulogne en el barrio Capital Rosales, partido de San Isidro. “Este gobierno está en contra de todo lo que soy: mujer, mi familia es parte de la clase trabajadora, yo formo parte de la comunidad LGTB+ y soy militante de izquierda”. Sostiene. Ella milita en la agrupación “No Pasarán”. Una agrupación de estudiantes secundarios de la zona norte del GBA que estuvo en las calles contra el Protocolo Bullrich, en el Paro de la CGT y los días que se intentó votar la Ley Ómnibus en el Congreso ( La gran derrota parlamentaria del gobierno de Milei).
“Nosotros vamos a ser los próximos trabajadores que hagan funcionar este mundo y por eso tenemos que defender nuestros derechos y luchar por más. Porque como juventud no tenemos que conformarnos nunca con migajas. Lucho para que los estudiantes sigamos recibiendo educación gratuita. La escuela es un espacio de contención para muchos de nosotros, y tenemos que defenderla. Creo que hoy no hay nada más importante que la organización , y este es el momento de unirnos con todos aquellos que están pasando mal. Las calles tienen que estar llenas de nosotros! tenemos toda una vida por delante”. Manifiesta Carmela, por eso también ayuda a que se puedan construir Centros de Estudiantes en las escuelas secundarias donde los pibes puedan acompañarse y charlar de todo lo que les pasa.
Cómo vemos el futuro de estos pibes será mejor o peor según lo que hagamos hoy. En ese marco, los procesos de lucha y autoorganización que se vienen desarrollando en CABA y el conurbano, forman parte de las primeras muestras de resistencia y autoorganización. Apostar a que asambleas barriales sigan expandiéndose territorialmente puede ser una de las tareas que tomemos en nuestras manos, en esas asambleas pueden confluir estudiantes, trabajadores y trabajadoras de distintas industrias, docentes, desocupados, etc. Donde intercambien y decidan democráticamente como frenamos este plan de ajuste que pretende seguir quitándonos derechos.